mercredi 15 novembre 2017

Chavela Vargas


Film de Catherine Gund et Daresha Kyi
Film documentaire
États-Unis 2017
1h33

Sélection officielle - Festival de Biarritz Amérique Latine 2017

De Frida Kahlo à Pedro Almodovar, artiste inspirante et inspirée, ce récit composé d’images rares révèle une femme à la vie iconoclaste et d'une modernité saisissante. Figure de proue de la musique mexicaine Ranchera, Chavela Vargas, restera à jamais empreinte de récits et de légendes. Chavela s'est elle vraiment glissée tard dans la nuit dans les chambres des maris pour leur voler leur femme ? S'est elle vraiment enfuie avec Ava Gardner au mariage de Elisabeth Taylor ? Vêtue comme un homme, fumant et buvant comme un homme, portant un pistolet, Chavela n’a cessé d’affirmer sa liberté, sa singularité, son identité et sa passion pour la musique et les textes engagés. Par sa structure lyrique, le film emmène le spectateur dans un voyage évocateur et stimulant à travers sa vie. Tourné en 1991 il nous offre un regard rare et intime sur cette icône de la chanson à un moment crucial de son parcours. Cette entrevue unique permettra d'explorer cette vie fascinante de l’artiste, que les gens n’oublieront jamais.


El dolor por dentro de Chavela Vargas
 Ser Chavela fue una empresa sólo a la altura de la propia Chavela. "Para ser Chavela tenía que ser más macha y más borracha que cualquiera de los chavos que había a su alrededor", se escucha en el documental de Catherine Gund y Daresha Kyi que se estrena este viernes y que, como no podía ser de otro modo, responde al nombre de Chavela. La película, presentada en el pasado Festival de Berlín, es antes que un simple repaso de las heroicidades, industrias y andanzas de un personaje desmedido, un viaje a lo más íntimo de algo tan íntimo como el dolor. "El dolor forma todo lo que ella hizo. Sin ese sufrimiento no habría sido quien fue. Transmitía esa pena y la compartía. Transformaba su dolor en arte. Ella más que cantante era intérprete. Interpretaba sus canciones, les daba alma, las convertía en otra cosa; en algo que dolía", comenta Kyi para dar la perfecta medida de una cinta que es también herida. Como todo lo que tocaba Chavela.
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Isabel Chavela
Isabel nació en Costa Rica pero siempre ejerció de mexicana. Chavela fue una construcción casi perfecta para periodistas, escritores y directores de cine deshauciados o en la cresta de la ola, para lúcidos intelectuales, cantautores y para borrachos clarividentes. "Agustín Lara era el único que me llamaba Isabel", explicó una tarde en la Casa de América de Madrid acompañada por Carlos Monsiváis; el escritor fue el gancho perfecto para sacar las historias de seres mitológicos como José Alfredo Jiménez. Casi todas las frases comenzaban de la misma manera: "íbamos a tomar (tequila)" y... tardaban varias cosechas en volver a estar sobrios. "Un día nos olvidamos al muerto", explicaba sobre un velorio en el que cambiaron de bar y olvidaron los motivos y al finado.